Buenas a todos queridos lectores, hoy os traigo un artículo basado en algo que estamos experimentando los últimos meses en el despacho que nos está llamando particularmente la atención, y son los numerosos encargos de clientes que quieren que les asesoremos en la compra de su nueva vivienda.
Antes, cuando comprábamos una vivienda, éramos conscientes de que aparte evidentemente del vendedor, íbamos a tener que pagar al Notario, al Registro de la Propiedad, a Hacienda, al Banco si vamos a contratar una hipoteca (que será el 90% de los casos, a menos que seamos ricos), y en algunos supuestos, a la inmobiliaria su correspondiente comisión.
Pues bien, a este elenco parece que viene a sumarse otro agente que hasta el momento y por regla general, resultaba ajeno para el comprador, y es la figura del abogado.
¿Por qué ahora sí y antes no? muy sencillo, la crisis inmobiliaria, el ciudadano post-crisis está ahora mucho más concienciado que antes cuando va a comprarse una casa. No quiere sorpresas, no quiere una cláusula suelo en su hipoteca, no quiere que le cobren unos intereses demasiado altos, no quiere pagar de más a la gestoría o a la inmobiliaria de turno... En definitiva, que no quiere que le "timen" como muchos clientes llegan a decirnos.
Si estás leyendo ésto y piensas comprarte una casa a corto plazo seguramente pienses que ya vas a tener suficientes gastos como para tener que pagar también a un abogado, y hasta pondrás en duda si realmente es necesario.
Si me lo preguntas, pensarás, y con razón, que mi respuesta no será imparcial, ya que voy a ganar dinero con esto y no voy a tirarme piedras a mi propio tejado diciéndote que no hace falta, pero contestaré a esa reflexión con otra: la compra de una casa por lo general, va a ser la inversión más importante que vamos a hacer en nuestra vida, por tanto, ante un negocio de tal envergadura y con un tinte jurídico tan marcado ¿no merece la pena que tengamos a un abogado que nos esté asesorando?
Mi respuesta sin duda sería que sí, pensad por un momento en las principales actuaciones que normalmente comprende la compra de una casa:
- Firma del contrato de señal
- Negociación con el banco para la concesión del préstamo hipotecario
- Firma de la escritura de préstamo hipotecario
- Firma de la escritura de compraventa
Pues bien, lo cierto es que todos estos trámites deben estar muy bien atados, ya que el menor descuido puede suponer una merma en nuestra economía a corto o a largo plazo: como firmar la señal sin comprobar las cargas que tiene la vivienda o entregar una señal demasiado alta, pactar unas condiciones demasiado perjudiciales para el comprador en beneficio del vendedor, no negociar adecuadamente las condiciones de la hipoteca con el Banco (tipo de interés, cláusula suelo, comisión de apertura, valor de tasación, etc.), no comprobar el destino de los gastos de provisión, etc... en resumen, que podemos llegar a perdernos en un laberinto jurídico que para el ciudadano no experto en la materia puede ser una complicación absoluta, de la que, por un reducido coste en comparación a los otros gastos que vamos a tener, nos va a poder sacar fácilmente un abogado.
Así que ya sabéis, si estáis pensando en comprar una casa o conocéis a alguien que vaya a hacerlo, habladle de todo esto, no hará falta ni recomendarle a un abogado ya que le faltará tiempo para preguntarnos si conocemos a uno.
Para terminar os dejo con la imagen de una conocida película basada, precisamente, en un laberinto, aunque nada tiene que ver con abogados...
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